Es muy buena para quienes siguen una dieta de adelgazamiento, ya que sólo tiene 30 calorias por cada 100 gramos. Es muy rica en agua y de fácil digestión. Pero ten cuidado, si se come frita, se vuelve indigesta y pesada para el estómago.
Para congelarla, lávala bien y córtala en rodajas finas. Pásala inmediatamente por agua hirviendo para que no se oscurezca y escúrrela bien. Colócala plana en una bandeja y métela en el congelador. Una vez congelada, métela en una bolsa de plástico y guárdala en el congelador. Descongélala en agua hirviendo con sal.