No todos la toleran bien, pero es un alimento perfecto, en especial en la época del crecimiento. La razón está en el calcio que contiene y es que con 2 vasos de leche una persona tiene los 700 mg de este mineral que necesitas ingerir diariamente y que es imprescindible para la salud de los huesos.
Durante periodos de lactancia se necesita el doble de calcio. Además, la leche ayuda a tu sistema nervioso por sus vitaminas del grupo B y al triptófano, que induce sensación de calma. Si estás resfriado o con problemas intestinales, mejor no lo tomes, ya que estimula la formación de mucosidad. Atención deportistas, cuidado con tomar leche antes de las competiciones porque puede darte problemas de indigestión.