El Fondue es un plato por excelencia para compartir un momento. Por su exquisitez, por sus ingredientes y por su presentación lo hacen ideal para una cena con amigos o parientes. Pero no es simplemente derretir un queso y ver como sale. No hay que seguir algunos lineamientos comunes y básicos.
Por ejemplo en el caso de la fondue de queso, el secreto reside en el tipo de queso, ya que éste no debe ser ni poco curado ni muy curado, porque los que son poco curados o sea cuando no están a punto son quesos que normalmente se cortan y resquebrajan y por el contrario los que son muy curados, o sea muy duros tienden a despedir un poco de aceite.
Ahí reside la diferencia con el resto. Tienen que saber seleccionar el queso que se encuentre en su estructura perfecta ni muy joven ni muy viejo. La cantidad del queso también es importante porque no debe superar ni ser inferior a cien gramos por persona. Para fundir el queso siempre es necesario, un líquido como un aguardiente.
Los mejores cocineros aconsejan que para una mejor consistencia usar harina de maíz o harina de trigo diluida. Este agregado ayudará a que los ingredientes puedan ligarse con mayor facilidad. Otro ingrediente que debe usarse mínimamente es gelatina sin sabor, lo hará un poco más espeso. Los ingredientes a ser fundidos se mezclan con una cuchara de madera pero sin revolver sino formando trazos.
La fondue de queso es un plato delicioso pero hay que tener en cuenta ciertos consejos para su elaboración a fin de que por ejemplo el queso no se deshaga dentro de la fondue y nos quedemos sin un trozo de queso para saborear o que el queso despida el aceite y se mezcle con los ingredientes.
